PAULA JOAQUIN SE CONFIESA

En directo - Suiza, pero con mancha de plátano

Mis amigos se preguntan por qué yo que salí de RD hace mas de 35 años, al casarme con un suizo, todavía sigo tan ligada a mi patria. Algunos me dicen ¿pero Paula, cómo es posible que viviendo tantos años en un país tan perfecto y con tantas bonanzas, tú vienes cada año a pasar trabajo, a este trapo de país donde ni siquiera hay luz?

Yo creo que la respuesta está en una frase que mi amiga Martha me dice a menudo: "Pajonúa, pero esto es increíble, ni los suizos en todos estos años han podido quitarte la mancha de plátano" Así es, esas raíces, ese apego a mi terruño, en vez de menguarse con los años, se solidifica, y se hace más fuerte. Por eso le doy continuo seguimiento al desarrollo de mi adorado país y me duele y me preocupa.

Desde que mi esposo está pensionado, pasamos el invierno en la República Dominicana. Esas anheladas vacaciones, se han convertido en una droga necesaria, en una fuente de energía y de diversión. Es una manera ineludible de compartir con mis familiares, amigos, vecinos, de revolverme en el paraíso de los recuerdos, de participar en actividades y reencuentros con mi gente, de percibir viejos olores y sabores de la infancia... en fin, un oasis de remembranzas de mis siempre presentes y queridas raíces.

He vivido todo este tiempo en medio de estos dos mundos diferentes, y veo con impotencia la dificultad de llegar a obtener por lo menos un poco de las bonanzas de los suizos. No creo que es un problema de incapacidad o ignorancia, creo que es más bien una cuestión de motivaciones humanas: avaricia, egoísmo, falta de ética y civismo.

Quisiera ver a mi gente respetuosa de las leyes, organizados, que piensen en sus deberes y respeten los derechos de los demás, que amen al país lo suficiente para pensar en su futuro, y no solamente en el beneficio del presente, que no se encierren en su propio egoísmo.

Quisiera ver un gobierno responsable, competente, que actúe y se rija por las necesidades del pueblo, y no por su interés, capaz de identificar las prioridades y trabajar por ellas, que estimule a los ciudadanos, los apoye, los empuje, los cuide y los ayude a construir un país digno.

Quisiera ver a senadores, diputados, ministros... comprometidos, que representen el pueblo, que exijan, que construyan.... que trabajen por el bienestar de mi gente y del país.

Sé que Suiza es un ideal, pero es importante aspirar siempre alto, pues aunque "no somos suizos" nos podemos convertir, no transportando sus avances materiales, sino aprendiendo del orden y disciplina que rige sus instituciones, de la honestidad de sus gobernantes, del respeto y el compromiso de sus ciudadanos con el país.

Para eso no necesitamos dinero, sino sólo una buena dosis de buena voluntad, y por supuesto, no nos obliga a perder ni nuestra idiosincrasia, ni nuestro norte... Yo aspiro y trato de ser un ejemplo de ello.