MOCA, ESPAILLAT.- Esta importante provincia del país tiene una rica historia, marcada por el desarrollo cultural y la defensa de las libertades. Es conocida como una provincia eminentemente agrícola por la fertilidad de su tierra que produce café, yuca y varios otros frutos. Es además productora de huevos, pollos y cerdos. En el aspecto turístico, cuenta con hermosas playas como las de Gaspar Hernández, lo que la convierte en una zona con un gran potencial ecoturístico.
Aunque es una tradición que viene desde hace muchos años, la artesanía mocana se ha destacado en las últimas décadas con las muñecas sin rostro que han hecho famosa esta provincia y, en particular, a El Higüerito, una comunidad de artesanos.
Además, Moca tiene la particularidad de alojar el único zoológico-botánico que existe en las provincias del país.
Uno de los puntos que llaman la atención de esta comunidad es la celebración de su carnaval, el cual se festeja basado en una leyenda que se ha convertido en tradición. Se trata de la leyenda de Juan López, una comunidad cafetera.
La historia cuenta que una vez hubo una gran sequía en Moca y los ríos se secaron. Los animales que cruzaban los pequeños ríos iban con sus árganas cargadas de café, bebían del agua del río y dejaban caer el estiércol de los animales y basura del café, provocando que la gente se enfermara, ya que tomaban la misma agua. La enfermedad provocó que todos se hincharan; a partir de ahí se les pegó a todos el mote, “Los hinchaos de Moca”.
Ciudad heroica
Perteneciente a la región del Cibao, Moca es uno de los pueblos que más han gravitado en la historia dominicana por los hechos significativos en favor de la libertad y la paz de este pueblo. Entre ellos se pueden citar el levantamiento de Moca: la famosa protesta del dos de mayo en contra de la anexión a España, dirigida por Pedro Santana; el ajusticiamiento de Ulises Heureaux, el 26 de julio del 1861 y más recientemente, la participación de los mocanos en el ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
El Higüerito: toda una comunidad de artesanos
Los residentes de El Higüerito están conscientes de la gran riqueza con que cuentan. Por ello, dicen que son ricos desde el vientre de su madre porque vienen con los genes del arte.
Y esto es real, pues allí convive toda una comunidad dedicada al oficio de la artesanía que va legando generación tras generación.
Las piezas que más se fabrican allí son las muñecas sin rostro, una figura hecha de barro, cuya principal característica es no tener rostro para que no se identifique con ninguna raza. Anteriormente existía una pequeña fábrica en cada casa de esta comunidad, pero desafortunadamente fueron desapareciendo, quedando solamente algunos talleres donde albergan a toda la familia y a muchos trabajadores del lugar.
Hay aproximadamente 45 talleres funcionando, como el de Porfirio Hernández, donde trabajan sus hijos y su mujer, y elaboran alrededor de 500 muñecas por día en unos 45 modelos diferentes. Cada muñeca trae una tarjeta que explica el significado del modelo.
Cuentan que el ideólogo del proyecto de las muñecas sin rostro fue un español que llegó a la comunidad hace años. Actualmente esta artesanía se conoce en el mundo entero, y sus rostros se encuentran en los hoteles y plazas de todo el país. Magalys Rodríguez, esposa de Hernández, dice que está haciendo muñecas desde que tiene uso de razón. Comenzó elaborando piezas como la cabeza y los brazos y hoy es toda una experta.
Pero no sólo se elaboran muñecas. Aquí también se fabrican ollas y tinajas de barro. Estas tinajas eran el reservorio de agua natural de la gente en las ciudades y los campos cuando no se conocía el aluminio ni la nevera.
Aunque el arte de El Higüerito es su principal atractivo, en Moca hay muchos puntos que facilitan una estadía sin desperdicio.
FESTIVAL DE EL HIGUERITO
Con miras a rescatar la tradición artesanal de esta laboriosa comunidad, la Secretaría de Estado de Cultura desarrolló recientemente el primer festival artesanal de El Higüerito.
La idea del festival nace con el fin de que la gente venga a El Higüerito a comprarles directamente a los artistas artesanos, dice Radhamés Carela, propietario de uno de los talleres de la comunidad y coordinador del festival.
“Cuando el artista recibe el contacto directo con el consumidor final, aunque no le compre se siente pagado, porque vienen y se interesan en la obra, manifestándole que es bella: el artista no necesita más estímulo para vivir”.
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