MANUEL ANTONIO PICHARDO-(1870-1902).
Una legítima promesa cortada por la muerte en la flor de la juventud, en pleno ensayo de alas. Inteligencia dilatada que le permitió alzarse sobre el nivel común y que hizo concebir a su generación las más bellas esperanzas abatidas por el por el viento fatal del infortunio. Fue maestro, director de escuela y periodista.
Pluma bien cortada y elegante. Síndico Municipal en 1899. Abogado y legislador. Actuó descollantemente como Diputado por su provincia nativa, en aquel Congreso de liberales surgidas del 26 de julio de 1899.
Ante su premura desaparición escribió Manuel Ma. Sanabia en el “Listín Diario” una sentida página necrológica, bordada de laudatorios conceptos. Entre otros tiene estos: Manuel Antonio Pichardo era todo carácter; en sus estudios, en la reunión de sus amigos, en la diversas sociedades a que perteneció, en todas partes donde pudo levantar su voz e indicar sus consejos, le vimos mostrarse con las dotes de superioridad que distinguen a los seres privilegiados.
Llevando al campo de la política por circunstancias especiales, apareció allí con la refulgencia de una estrella.
Talvez no haya habido en el país quien como él, al ser electo para ocupar una curul de Diputado, haya llenado en sí el querer universal de todos sus competentes y la representación genuina de la voluntad de sus mandantes. Su labor en las luchas que sostuvo la parte digna del pasado Congreso habla por sí muy alto de las dotes de este malogrado joven, y bien encaminada voluntad.
Allí se le vio erguirse protestando severamente contra los abusos y errores de un Gobierno falaz y desorganizado, apostando con su elocuente palabra sus procedimientos y fórmulas y abogando abiertamente por el implantamiento en esta República de la más sana doctrina democrática”.
MOCANOS REPRESENTATIVOS
Publicado por J.A. Cruz Infante | 10/21/2008 01:12:00 a. m. | 0 comentarios »
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