MOCANOS REPRESENTATIVOS

Publicado por J.A. Cruz Infante | 11/01/2008 01:15:00 a. m. | 0 comentarios »

RAMÓN AMADO GUZMÁN-(1888-1959).

Maestro, periodista, animador de la cultura, mentor de la juventud aficionada a las letras. Licenciado en derecho y notario. Diputado al Congreso Nacional (1914-16); Director de la Escuela Normal de Moca (1924-30); Presidente del Centro “Ariel” (1929).

Director del semanario “La Verdad” (1910); del hebdomenario “Renacimiento” (1913); y redactor de “El Nacional-Moca” (1921); todos voceros importantes en la historia del periodismo local. Parco en la conversación, lento en el discurrir, minucioso en el análisis, saturado de hondos silencios elaboradores, tuvo un juicio depurado al través del tamiz de la ecuanimidad y cuando disparaba la flecha de su criterio, extraída del amplio carcaj de sus ideas, casi siempre daba en el blanco.

Tuvo a mano en todo momento el dato esclarecedor, la fecha exacta, la orientación necesaria y ordenadora. Sabía mucho del pasado y cuando opinaba de valores y de hechos, de figuras y de circunstancias, de personas y sucesos, pesaba muy bien su comentario en la balanza de la justicia.

A pesar de su aparente hermetismo, hurañez periférica de un aislado, exterior engañoso de un alma apasionada, envoltura de un ánimo vehemente, poseyó un calibrado temperamento psíquico y estético. Parecía un hombre retraído, pero tuvo un fino espíritu de sociabilidad y supo acercarse a los demás con el don de su palabra y la gracia de su amenidad.

En el círculo de sus amigos hizo galas de buen humor, en dávila de anécdotas, ocurrentes y pintorescas. Amaba la belleza espiritual de la tradición pero admitía la fuerza creadora del progreso, como vehículo propulsor de la evolución humana en todos sus aspectos.

Fue un persistente amador se su viejo ambiente nativo, del cual no quiso salir nunca, salvo un corta paréntesis puertoplateño, y en su venero de recuerdos guardaba el próvido hontanar, la luminosa vendimia de sus emociones.

El universo transparente de sus añoranzas atesoraba un río contenido de imágenes reminiscentes, el mundo de memoria precisa y fijadora era poblado, porque su experiencia de la vida y de los hombres era nutrida.

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