Phoenix, una sonda espacial diseñada para realizar las primeras mediciones directas de agua en Marte, ha iniciado su aproximación final al planeta rojo; la nave entrará esta noche en su atmósfera, y antes de que pueda extraer muestras deberá poder aterrizar de manera segura.
"Esta no es una cuestión fácil, debo decir. Nos lo estamos jugando todo en un aterrizaje seguro y no podemos hacer nuestras pruebas científicas sin eso", declaró el científico Peter Smith a los periodistas en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, que supervisa la misión.
"Estoy nervioso", agregó Joe Gunn, encargado de la misión de Phoenix. "Estoy sufriendo un verdadero caso de nervios". Estados Unidos ha realizado cinco aterrizajes exitosos en Marte de un total de seis, pero el 55% de todas las misiones a ese planeta han fallado.
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