se termina por pensar como se vive"
Tendemos a cambiar de opinión a medida que crecemos y a ser flexibles con nuestras creencias. Sin embargo, hay ciertas creencias que permanecen a lo largo de los años; muchas de ellas pertenecen a nuestras familias o nuestra cultura y las asumimos como nuestras sin ni siquiera preguntarnos si para nosotros tienen sentido.
Algunas de ellas limitan nuestros propios pensamientos y decisiones, son las llamadas "creencias limitantes".
Esto podría explicarse si consideramos lo que dice Jean Piaget acerca del sistema neurológico del ser humano: que éste termina de madurar aproximadamente a los 10 años de edad y que antes de esa edad no somos capaces de analizar ni tener un pensamiento crítico y selectivo para rechazar ideas.
En este sentido, de niños no podemos "no estar de acuerdo" con los adultos y asumimos como cierto todo lo que nos dicen.
"Cuando no se tiene el coraje de vivir como se piensa,
Lo que vamos aprendiendo a lo largo de la vida y lo que asumimos como "verdades", es decir, lo que "creemos" generalmente se va modificando con el tiempo: De niños podemos creer que "aprender a andar en bicicleta es muy difícil" y al lograrlo pensamos que no lo era tanto; podemos creer que "la panadería está muy lejos" y al crecer cambiamos de opinión y vemos que en realidad está a sólo 2 cuadras; quizá detestemos las verduras y algunos años después ¡nos encanten!...
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