Moca, la villa egregia del Viaducto, a justo título, tiene derechos adquiridos a la reverencia de la República.
Suntuoso relicario del heroísmo dominicano, entraña próvida de ubérrimo Cibao, pulmón heroico en el grito rebelde del Coronel Contreras cuando el país caía, asesinada la Independencia, bajo el yugo extranjero, masa de revólver cuando el coloso de ébano cayo junto a la guasita secular, fulminado por la tragedia, Moca es paradigma de laboriosidad en sus hombres esforzados y valerosos y de puras santas costumbres en sus mujeres gráciles y bellas, encanto de sus tierras milagrosas.
Mi homenaje reverente a la ilustre perínclita Villa.
ARTURO LOGROÑO- 1946
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