Discurso de Nicolás Sarkozy sobre la situación económica mundial
Señoras y Señores Ministros,
Señoras y Señores Parlamentarios,
Si he querido dirigirme esta tarde a los Franceses es porque la situación de nuestro país lo exige.
Soy consciente de mi responsabilidad en estas circunstancias excepcionales.
Una crisis de confianza sin precedente desestabiliza la economía mundial. Las grandes instituciones
financieras están amenazadas, millones de pequeños ahorristas en el mundo que depositaron sus ahorros
en la bolsa ven cómo su patrimonio se descompone día tras día, millones de jubilados que han cotizado en
fondos de pensiones temen por su jubilación, millones de hogares modestos viven momentos difíciles por el
alza de los precios.
Como en todo el mundo, los Franceses temen por sus ahorros, por su empleo y por su poder
adquisitivo.
El miedo es sufrimiento.
El miedo impide emprender, el miedo impide implicarse.
Cuando se tiene miedo, no se tienen sueños; cuando se tiene miedo, uno no piensa en el futuro.
Hoy, el miedo es la principal amenaza para la economía.
Hay que vencer ese miedo. Es la labor más urgente. No se vencerá, no se restablecerá la confianza
con mentiras, sino diciendo la verdad.
Los Franceses quieren la verdad y estoy convencido de que están dispuestos a escucharla. Si
sienten que se les esconde algo, la duda crecerá. Si están convencidos de que no se les oculta nada,
hallarán en ellos mismos la fuerza para superar la crisis.
Decir la verdad a los Franceses es decirles que la crisis no ha terminado, que sus consecuencias
serán duraderas, que Francia está demasiado implicada en la economía mundial como para pensar siquiera
un instante que pueda estar protegida contra los acontecimientos que, ni más ni menos, desequilibran el
mundo. Decir la verdad a los Franceses es decirles que la crisis actual tendrá consecuencias en el
crecimiento, en el desempleo, en el poder adquisitivo durante los próximos meses.
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